Este finde hemos estado de nuevo en el curso de autismo. Nos hemos vuelto a maravillar con los pequeños trucos que nos han enseñado para hacer frente a las rigidices diarias de Mario. Lo mejor, es que estos trucos sirven para niños con autismo y para cualquier otro tipo de niños.
Ejemplo: un niño que siempre ve la tele desde demasiado cerca, y no hay forma de hacerle entender que debe sentarse a una distancia suficiente, en el sofá. Solución: dibujarle en el suelo al lado del sofá las huellas de sus pies. Si quiere ver la tele, tiene que estar sentado, con los pies apoyados en las huellas, si no lo hace así, se quita la tele. Como los niños con autismo entienden mucho mejor lo visual que lo verbal, el ver las huellas marcadas en el suelo les da la pista y la certeza de lo que deben hacer.
Otro ejemplo: un niño con autismo que no sigue la fila de niños para ir al comedor. Solución: el niño que va delante se cuelga en la espalda la silueta de dos manos. Se enseña al niño con autismo a ir en fila apoyando sus manos en las siluetas de las manos que lleva colgando en la espalda su compañero de delante. Mano de santo (y nunca mejor dicho lo de mano…), el niño entiende perfectamente que debe seguir la fila y cómo.
En el curso nos han hablado también de por qué tienen esos hábitos raros, como comer un mes seguido la misma comida sin que haya forma de introducirles ningún otro alimento. Mario tiene hipersensibilidad sensorial. Esto hace que en ocasiones, por ejemplo, para comerse los guisantes, los pele uno a uno y les quite esa delgadísima y casi imperceptible piel que los rodea. También nos han explicado que estos niños tienen muchas dificultades para elegir y esto supone que si siempre elegimos nosotros, disminuye su motivación pero si siempre le pedimos que elija, le generamos ansiedad. Y para colmo las opciones abiertas le bloquean…
Cuantos retos nos esperan… Además nos hemos puesto varios objetivos para este verano: el primero, el pañal. El siguiente, hacer un cuaderno de vacaciones, con fotos, para reflejar y ver con él todo lo que hemos ido haciendo. Y por último, un gran objetivo: empezar con el lenguaje de signos. Esto ha sido motivado porque yo como madre llevo ya unas semanas con la mosca. No sé por qué intuyo que algo no estamos haciendo bien en relación al lenguaje. Mario ha mejorado, ha aumentado el contacto visual, pero llevamos cuatro meses de terapia y no rompe a decir ninguna palabra nueva. Mi sensación es que falla algo, falta el click del lenguaje, está atascado y el sistema que estamos utilizando cojea. En el curso nos han hablado del sistema bimodal. Vamos a seguir como hasta ahora, diciendo las palabras a su altura, poniendo su manita en mi boca, logrando que nos mire para recibir lo que pide…pero a la vez vamos nos marcamos el objetivo de empezar con una palabra, chocolate, en lenguaje de signos. Llevamos un día y medio y ¡ya la ha aprendido!! ¡Claro, que el chocolate le gusta muchísimo! Mi madre me ha conseguido un libro con los signos más importantes, así que todo el verano practicando.
También hemos decidido ir a Madrid en cuanto nos den cita, a que le vea un equipo de profesionales muy bueno (los que nos dan el curso), para que nos den pautas de intervención y completemos el enfoque de la terapia que estamos haciendo.
Con todo esto confío en que estemos haciendo todo lo posible por ayudarle. Yo creo que sí. Por dentro así lo siento. De hecho ayer me di cuenta de que la perfección existe. Está dentro de cada uno de nosotros. La perfección no es la ausencia de errores sino la suma en positivo de una infinidad de imperfecciones. También me di cuenta que la perfección es un estado, muy cercano a la felicidad. La visión de la perfección en nuestra esencia de vida nos puede llevar al éxito y proporcionar la motivación para perseverar ante el desaliento y los obstáculos. Esto es lo que yo intuyo que me está pasando últimamente. Nuestra vida es un caos, nuestra agenda diaria un estrés continuo, vivimos al día, nos vemos y hablamos sólo para organizar la rutina semanal…y sin embargo si me paro un momento, respiro, tomo conciencia de mi yo y de lo que tengo cerca (fundamentalmente si son alguno de mis dos niños), se hace la luz y observo una perfección en sentido puro que me proporciona energía motriz para seguir dando zancadas. ¡Y todo en 50 metros cuadrados!!
Objetivo para todos esta semana: ¡mirad a vuestro alrededor y maravillaos!
Me encanta este post. Los avances con Mario y la vida que emanas. Gracias de nuevo por compartirlo.
ResponderEliminarAmaya crecemos contigo.
Amaya, no sé si te vale o no mi experiencia porque cada uno es diferente, pero yo no tuve un beso del mío hasta los 3 años y empezó a hablar con 6.
ResponderEliminarSé lo que es pensar que estas loca, hablando sola un día y otro también. Cuando me daba el bajón me acordaba de la única persona positiva que acompañó a mi hijo en la guarde "todo deja poso, tú sigue el poso estará allí y un buen día saldrá" Me desesperaba con la explosión del lenguaje, le hablé por signos, le hablaba alto, bajo, agachada, conduciendo,... y la verdad que todo deja poso. Sigue así lo estás haciendo muy bien Y TODO DEJA POSO, nada de lo que estás haciendo es en balde, tu hijo te lo va a agradecer, te lo está agradeciendo, y si no al tiempo. Un beso +
MARTA