Esta mañana hemos estado en el cole de Mario. ¡Que buena pinta tiene! El aula está en el último piso del edificio y no es muy grande (no sabemos por qué, nos la imaginábamos mayor) pero suficiente para los cinco niños que van a compartirla durante el próximo curso escolar. En un momento Mario se ha sentido como en casa, ha cogido todos los juguetes, se ha tirado por el suelo, ha investigado los cajones… Las profesoras son un amor y el orientador también parece muy involucrado así que total tranquilidad y paz interior por el futuro próximo del destroyer de nuestro hijo. Empiezan las clases con una adaptación suave el 9 de septiembre. Hasta entonces todavía tenemos que decidir qué vamos a hacer. Son casi tres meses y es mucho tiempo a la vez que es un tiempo crucial para el desarrollo de Mario.
Después volando y previa multa por pasarnos de tiempo en la zona azul, hemos ido a Atención Temprana. Mientras la médico veía a la petite, los chicos se han ido a dar una mini vuelta por los alrededores, han comprado pan para almorzar y han hecho una visita al señor Roca. Pero el reconocimiento de Leyre se ha alargado, porque después del médico la veía el psicólogo y le hacía por tercera vez un montón de pruebicas para determinar su grado de desarrollo. En definitiva, casi tres horas después hemos salido de allí dispuestos a asumir un nuevo reto. Se confirma el retraso de la petite y pasamos a lista de espera para intervención (estimulación global).
No sé, me parece como imposible, hasta hoy mi corazón decía que era un mal sueño pero me temo que nos enfrentamos a un nuevo duelo, y sobre todo a un nuevo periodo de nuestras vidas con dedicación quasi full a los peques.
Por lo menos tenemos algunas alegrías. El tema pañal va adelante. No lo estábamos haciendo bien, y en el curso nos dieron un par de trucos que nos parecen fenomenales tanto para Mario como para cualquier niño del mundo. Estrategia: sentarlo durante 5-10 minutos cada 45 minutos-1 hora (con su adaptador favorito correspondiente). Las primeras veces, por supuesto, con suerte logramos que se siente (la tablet y los vídeos del móvil ayudan mucho of course), pero como quien oye llover. Si se hace fuera, llevarle suavemente pero volando al baño, sentarle un par de minutos, NO reñirle, que vea que se ha mojado, y luego ahí mismo que se cambie él, o si no es autónomo para vestirse, que lo haga con ayuda, pero con la mínima ayuda posible. Después ayudarle a que pase un paño y limpie. El objetivo es que sea consciente de lo peñazo que es hacerse pipí fuera del baño, porque luego tiene que vestirse, limpiar, etc.. Así poco a poco y pese a que no tenga habla, la teoría dice que se cumple el objetivo. La verdad es que estoy convencida de que así será.
Nos encantan estas pautas porque además nos ayudan a nuestro propio autocontrol. Uno tiende a enfadarse, reñir e incluso gritar cuando el niño se hace pipí en mitad del salón o cuando (como hoy) el plato de albóndigas y posteriormente el yogur han acabado en el suelo en el fragor del caos de la comida. El hecho de respirar hondo y no reñirles infunde energía (de verdad, probadlo) y la táctica de que lo recojan ellos, o como en el caso del pañal, que tengan que desvestirse y vestirse, les ayuda a entender que lo que tratas de enseñarles no es para estropearles el día sino para hacerles la vida más fácil.
De todas formas, tenemos que pensar cómo lo vamos a hacer, porque no nos podemos permitir volver a sentirnos como hoy, casi más preocupados y agobiados por el tiempo que llevábamos fuera de la oficina que por lo que el psicólogo trataba de explicarnos. De nuevo tenemos que buscar un equilibro entre nuestra vida personal y de pareja (abandonada completamente), nuestro desarrollo profesional (que nos encanta y nos llena a los dos), la conciliación familiar (misión imposible hoy en día) y la estimulación y desarrollo de dos niños especiales y con dificultades.
Ahora toca asimilar.
Ciao.
Bueno, después de leer ya sabes lo que toca: VIVIR dedicación A y A, necesario como respirar hondo.
ResponderEliminarMe alegra mucho que a Mario le haya gustado el aula ya vosotros también!! Es una tranquilidad de cara al futuro.
ResponderEliminarEn cuanto a Leyre, que vaya retrasada no es síntoma de nada, no?? Unos niños avanzan más rápido que otros y estoy segura de que con la estimulación temprana, se pondrá al día.
Un abrazo!!
Si estais en San Fermin este año cambiamos los toros por montar a Mario en una ambulancia, le gustará?
ResponderEliminar¡Felices Sanfermines!
ResponderEliminarEstoy convencida de que eres más capaz de sacar partido a un buen momento que otros a toda una vida.