La alegría muda de Mario

Hoy, 31 de mayo de 2011, día en el que se empieza a publicar este blog, soy más feliz que hace un año. Mi niño Mario tiene autismo pero mirarle a los ojos cada mañana es una bendición.



martes, 9 de agosto de 2011

El futuro


Hay muchos temas que me inquietan del futuro de Mario. Y también del de la petite.

La soledad, la amistad, la escasez de recursos, la ceguera del mundo (la misma que yo he tenido hasta ahora). El exceso de medios, la traición, el dolor físico, el miedo. El aislamiento, el desamor, la angustia, el engaño.

Supongo que desde el momento en el que alguien decide tener hijos, va en el pack el desvelo de intentar que sean felices. Cuando son bebés parece que están a salvo de cualquier injerencia, mientras tengan su bibe a tiempo y unos brazos que los mezan. Conforme pasan los meses y se asoman a la inmensidad del mundo, suplimos nuestras carencias de la infancia a través de un exceso de preocupación, que tiene que ver menos con lo material (somos una generación con las necesidades básicas más que cubiertas) y más con lo anímico y lo espiritual.

No sé si el autismo potenciará la felicidad de Mario o su sufrimiento. Estos días me quedo embobada mirándolo, porque ha empezado con una jerga ininteligible, sobre todo mirándose al espejo, o cuando va montado en el autobús. En este último caso la gente de alrededor se queda mirándonos, y pienso en qué ocurrirá cuando Mario en vez de tener tres años tenga diez, o veinte, y haga cosas “raras”. ¿Qué será raro dentro de diez o veinte años? ¿Hablar solo en el metro o no hablar en absoluto? ¿Qué tolerancia tendremos a lo diferente de lo habitual? ¿Sentirá vergüenza la petite cuando vaya con Mario por la calle? ¿Lograremos hacerle sentir orgullosa de su hermano? ¿Le gustará presumir de hermano mayor?

Bendita vanidad si ese es el caso.

No estaremos ahí siempre para super protegerlos. Ni tan siquiera para resguardarlos. Porque aunque con suerte, tengamos larga vida, ellos tendrán ansias de libertad y volarán a su manera. Sí que espero que nuestra casa sea su refugio. Y que aunque sean independientes, siempre tengan ganas de volver al abrigo de nuestras almas.

5 comentarios:

  1. Siempre ha habido gente diferente, de muchas clases, Mario va progresar mucho, pero aunque no fuera así, habrá un lugar para él en una sociedad civilizada, y quienes miran raro son los que tienen un problema. De momento ya sabemos que nuestros niños no van a ser crueles,ni asesinos o violadores, ni drogadictos,ni anoréxicos, ni ladrones, ni presuntuosos y competitivos, ni maleducados...
    A lo mejor consiguen un poco de felicidad en su candura, y encontran a alguien que les quiera siempre.

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  2. Hola guapa, estoy a medias de leer tu blog. Me interesa mucho, pues tengo un sobrino recientemente diagnosticado de autismo y además trabajo con ellos en un colegio.
    Pero mientras me lo leo te he dejado un premio en mi blog, pásate a recogerlo, si quieres.
    www.educandoacuatro.blogspot.com

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  3. Te estoy leyendo por recomendación de @megustasermama y me ha encantado!!! Todas esperamos que nuestros hijos sean felices y tengan el mínimo de sufrimiento, lamentablemente eso es un imposible. Podemos amarlos y educarlos con respeto y cariño pero no salvarlos de la vida.

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  4. No os preocupeis por lo que piensen los demas.
    Juntos hemos de hacerles felices en lo que de todos nosotros dependa, lleguen hasta donde lleguen en sus capacidades. Estamos orgullosos de los dos y de vosotros y para nosotros seran preferentes siempre para que puedan tener hasta donde seamos capaces de dársela la felicidad y el conocimiento que a los otros les viene dada sin nigún trabajo. Besos. Anonimo conocido

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  5. Hola Amaya, todos somos diferentes, ese es el lema que le inculco a mi hijo el mayor.
    Lo importante es ser feliz, darles seguridad tanto a Mario como a la txiki y sobre todo naturalidad y tranquilidad.
    Creo que al principio es dificil no hacerse tantas preguntas, pero con el tiempo iras descubriendo como tus hijos te regalan momentos como para no dudar ni lo mas minimo de lo que puedan sentir el uno por el otro.
    Un Beso. Bego.

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