Mario ha aprendido a pedalear. Increíble la
de veces que hemos intentado que ponga los pies en los pedales y nada. Ayer de
repente, en el mini triciclo de cuando era pequeño....¡pedalea a toda
velocidad! Ha sido una gran alegría, ahora el siguiente paso es pedir prestada
una bici pequeña de 4 ruedas y ver si se anima.
Mientras tanto, la petite ya ha pillado a Mario y le ha adelantado a
Mario en el habla y sobre todo en la comprensión. Leyre dice los números hasta
el 20, ella sola por su propia iniciativa y siempre atenta a ver qué cara
pones, nombra a todos los niños de su guarde, me mira y me provoca todo el día,
me pide que le cuente un cuento y le da igual que sean las diez de la noche que
las cuatro de la mañana... Tiene 22 meses. Si esto es la normalidad, ¡qué lejos
estaba Mario de esto y que fácil hubiera sido medirlo!
Mañana empieza Mario la escuela de verano. Es un gran proyecto, pionero
en España, que hemos impulsado en Pamplona y que tiene ya más de 30 niños
inscritos. Escuela con solo 4-6 niños por aula y un profesional por niño. Mario
tiene su plan de intervención individualizado y logopedia a diario (¡le chifla
ir a logopedia!), todo supervisado por una psico-pedagoga en la que confiamos
plenamente. Están saliendo niños con autismo o TGD de las piedras. ¿Dónde
estaban estos peques antes? ¿Qué atención tenían?
Mario está entusiasmado con la idea y esta mañana, solo oír nombrar la escuela
de verano se ha puesto la mochila al hombro y solo quería irse. Como hoy es
domingo, no podía ser y yo no tenía pictos a mano...así que acabo de preparar una
agenda visual para verla juntos dentro de un rato, cuando vuelva de pasar el
día en el pueblo con papá y recordarle que mañana empieza la escuela. ¡Se lo va
a pasar bomba!