La alegría muda de Mario

Hoy, 31 de mayo de 2011, día en el que se empieza a publicar este blog, soy más feliz que hace un año. Mi niño Mario tiene autismo pero mirarle a los ojos cada mañana es una bendición.



domingo, 6 de noviembre de 2011

"Mario me tiene muy despistada" (música celestial para mis oídos)

La frase más bonita, reconfortante y esperanzadora que he oído en los últimos meses me la dijo hace unos días la persona del centro de Madrid que impartió el curso de autismo durante el fin de semana del puente de Todos los Santos.
- Mario me tiene muy despistada - me soltó.

¿Será bueno, será malo, será regular? ¿Será que hay posibilidades, será que va evolucionar, será que sólo puede mejorar? O por el contrario, ¿será que no responde a las estrategias de intervención habituales y tenemos que darle otra pensada para ver cómo logramos sacarlo de ese infinito mutismo?

Para preparar el curso, grabamos y enviamos a Madrid varios vídeos caseros sobre diversas situaciones: la terapia que le hago a Mario a diario en el despacho, las situaciones de afecto desordenado que le impulsan a veces a abrazar con exceso de amor a sus primas (no a todas, es muy selectivo repartiendo amor...) y otras tesituras que nos preocupan y en las que no sabemos cómo actuar. A lo largo de las ocho horas del curso, vimos parte teórica y parte práctica en base a las imágenes de Mario y del resto de niños con diferentes grados de autismo.

Salimos de la intensa sesión bastante desinflados, en mi caso más bien abatida. Porque hablamos de la problemática de Mario, que tiene tres años y medio, pero también de otros niños de cinco, ocho o diez años. Y la realidad es flagrante: apenas aprenden nada de forma instintiva o por imitación. Para aprender a lavarse las manos hay que fotografiar todas las secuencias: mojarse, enjabonarse, enjuagarse y secarse. Después colocar las imágenes, seguidas, cerca de su vista para que él pueda de forma autónoma poder aprender a hacerlo. Y practicar y practicar y fotografiar y plastificar cualquier otra acción que deba aprender.
Si esto pasa con todas las actividades del día a día, que son mil: levantarse, vestirse, lavarse, desayunar, cepillarse los dientes, ponerse el abrigo (y todavía no hemos salido de casa...), conforme avanzan los meses se me ocurre que hay que ir enseñándole otras cosas como los sentimientos (enfadado, triste, contento, decepcionado), el tiempo atmosférico, las estaciones del año (¡a ver cómo, porque no tienen sentido del tiempo!), lo que llaman los expertos los círculos de privacidad: círculo de familiares-amigos-conocidos-vecinos-desconocidos (sobre todo para diferenciar a quién abrazar y a quién sólo saludar), los buenos modales...

El curso ha sido de nuevo la constatación de que el trabajo con Mario es para toda la vida y de que la dedicación que requiere y seguirá requiriendo será muy alta. Pero la maravilla también es escuchar a una ponente que sabe latín en cuanto a autismo se refiere, que tiene respuestas para todo y que está dispuesta a ayudarnos. Una delicia para los oídos.

Y con tanto trajín se nos olvidó contar en el curso que Mario ha cumplido con creces uno de los objetivos que pusimos para el verano: tema pañal, completamente finiquitado, un éxito.

El siguiente gran objetivo y máxima prioridad para nosotros ahora es el habla, para reducir sus niveles de frustración y para que pueda dar un pequeño salto hacia el mundo real. Este objetivo creo que va a ser mucho más difícil. Siguiendo el consejo del centro de Madrid, que ha visto a Mario realmente atascado, he empezado a utilizar los signos de apoyo al sonido de Monfort. Está siendo duro. Pero llevamos ya ocho días. En unos pocos más, espero deleitarme con orgullo describiendo en qué consisten y sus avances (y los míos como logopeda of course...).

Buena y lluviosa semana para el campo.

3 comentarios:

  1. Mucha suerte con todos sus planes. Es admirable tu dedicación a Mario!

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  2. Me encanta leer todo el coraje que tienes. Sigue así y suerte!

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  3. Lástima que no le hayas preguntado "porqué", pués estoy segura de que es por algo bueno:una persona que sabe latín en cuanto a autismo no se despista facilmente.El cerebro es aún una incógnita, y tú le vas a poder a las dificultades del de tu hijo, ¡sino al tiempo!

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