Las vacaciones de verano empezaron un domingo y acabaron un martes, ya que nos tuvimos que volver de nuestra super casa alquilada en la playa (la misma a la que vamos cada año, desde hace mucho), porque Mario no se adaptó. El cambio de las rutinas, pese a que todo se lo habíamos anticipado, lo desestructuró mucho y era imposible hacer vida familiar, salir de casa... Así que optamos por volver y en la tranquilidad del hogar retomar las rutinas que hoy por hoy le permiten estar tranquilo y más conectado, a la vez que le dan seguridad. ¡Ya tendremos tiempo de ir de vacaciones en esta vida!
Nos dio mucha pena por la petite, porque se quedaba sin sus días de arena y baños. Y porque una vez más hemos supeditado la vida familiar al autismo de Mario. Pero es un peaje que pagamos con gusto y espero que ella nos sepa entender de mayor. Porque allanar el camino a su hermano mayor es hoy por hoy muy importante para aprovechar los minutos diarios en los que está conectado y con ganas de aprender.
Así que Mario volvió a la Escuela de verano por la mañana y por la tarde, un ratito de terapia con mamá y luego piscina. Todavía no está Mario en nivel conversacional ni mucho menos, pero como conoce las letras y los números, he empezado a trabajar con él la lectura glogal y aunque le costó muchos días coger el truco del ejercicio....¡ahora le encanta!
Así que el verano ha trascurrido como en la vida, días buenos y días malos, momentos de tristeza y otros de gran felicidad, como cuando el domingo pasado nos sorprendió de nuevo pelando él solo un sugus. ¡Cómo sonrió y cómo nos miró para recibir nuestro aplauso!
Aquí está él en todo su esplendor:
http://youtu.be/LPAuhE5b0W0
Como tú dices, la niña lo entenderá y habrá tiempo de sobra para ir por ahí con ellos, ya lo verás. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarPonemos tu blog como ejemplo en nuestro post sobre autismo
http://www.actualidadfemenina.com/salud/autismo/
¡Nos encanta Mario!