La alegría muda de Mario

Hoy, 31 de mayo de 2011, día en el que se empieza a publicar este blog, soy más feliz que hace un año. Mi niño Mario tiene autismo pero mirarle a los ojos cada mañana es una bendición.



jueves, 30 de abril de 2015

La petite ya lo sabe

Le he tenido que contar a Leyre, con cuatro años y medio, que su hermano tiene autismo.

No podíamos serguir argumentando eso de que "El tato se ha puesto nervioso".

Tenía que darle una respuesta a su pregunta directa de: "¿Por qué siempre hacemos lo que dice el tato?"

En realidad ha sido durante sus cuatro años de vida de lo más tolerante y observadora. Me podía haber presionado muchísimo más: ¿Por qué siempre le preguntáis primero al tato a ver qué vamos a hacer y no a mí? ¿Por qué siempre el tato puede comer lo que quiera y yo no? ¿Por qué el tato hace primero la tarea y yo después?...

No podíamos seguir haciendo que se sintiera la segunda, sin explicarle que hay una razón.

He dejado a Mario en la academia de Mates y la petite me ha puesto a prueba: quería ir al Simply, un supermercado bastante alejado del barrio donde estábamos, a comprar una bola sorpresa de un euro en una máquina de esas para niños. Este super lo hemos visitado muchas veces en las últimas semanas porque a Mario le  ha dado por los supermercados, le da igual Leadle, que Simply, que Aldi que Mercadona. En cuanto localiza uno nuevo hay que ir de visita.

Le he dicho a Leyre que no, porque está al otro lado de la ciudad, y había que esperar a que Mario acabase en la academia, y está con las mates solo veinte minutos. Le he ofrecido a cambio ir a Carrefour, que está cerca.
Me ha dicho, con una voz y una mirada como si tuviera diez años, que siempre que Mario pide un sitio donde ir, decimos que sí y vamos. Y que si lo pide ella, no vamos.

Lo he visto claro. Había llegado el momento. Dentro del coche, la he sentado en mis rodillas, he puesto en el movil el cuento de Deletrea y le he explicado que su tato tiene autismo y que por eso le cuesta hablar, se enfada mucho, no sabe jugar, a veces está nervioso y grita...

Me ha escuchado muy seria y al acabar me ha dicho dos cosas:

"-El tato sí sabe jugar pero no quiere."

 Y ha añadido:

- "Y yo también me pongo nerviosa porque llevo pañal por la noche y estoy preocupada"

Y lo ha entendido. Perfectamente. Y además me ha recordado que ella también tiene sentimientos. Y muchos.

Y al acabar la conversación me ha dicho:

"- Eres la mejor mamá."

Y me lo ha repetido en el Simply pese a quee le ha tocado una bola con un horrible extraterrestre en vez de una muñeca de princesas que ella quería.

Y me lo ha repetido en el garaje al llegar a casa...

Y la vida sigue, yendo cada mañana al cole con Leyre, agarrada muy fuerte de la manita. Tan solas en el mundo que cuando nos acercamos a 50 metros del cole me pide que ya no hablemos más. Solo que vayamos de la mano las dos sin hablar para llenarse del calor que nuestras manos unidas le ofrecen.

Mañana va a llevar dos libros a su cole. Porque celebran el día del libro y va a compartir su corazón entre Frozen y "el libro del tato". Para contarles a sus amigos.


 Mientras mamá se va a Valencia. A contar al mundo que el autismo es un regalo que Dios trajo a nuestas vidas. Para sufrir y para vivir. Para sentir y para gritar. Para llorar y para abrazar. Para hacer nuestra mochila más pesada.
Pero llegó a nuestra familia para que su mochila, la de Mario, sea más ligera. Porque entre todos tenemos ganas de aligerar ese peso.

Si tiene que haber autismo en el mundo, que sea aquí, con nosotros.




4 comentarios:

  1. Eres la mejor mamá.

    Saludos desde Ecuador

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  2. Dices las cosas muy bien, puedes ayudar a mucha gente. Tienes unos niños preciosos, Enhorabuena por ser como eres.

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  3. Los hermanos de niños con autismo tienen un grannnn corazón.

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  4. Feliz día de las amatxus, amaia. Un beso grande para Mario y la petite.

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